Sobreviviendo El Verano

El año pasado esta madre pasó el verano en Chicureo, Chile, error. Aunque tenía sus hijos en campamento por unas horas cada día no bastaba para la Madre. La Madre estaba eternamente cansada y sudada. La Madre soñaba con robarle la manguera a un bombero y pegárselo a su hogar para eliminar de una vez la Atacama, perdón el polvo y refrescarse.
La Madre se rindió ante la falsa esperanza de mantener un aspecto limpio con su auto. La Madre decidió que esa capa de polvo servía como un carnet identificándola como verdadera residente de Chicureo. Todo auto limpio era un impostor, un Santiaguino “escapándose” de la ciudad por el día.
Los malditos bichos: Escorpiones, grillos, hormigas, arañas de rincón, todos igual se refugiaron del calor en su hogar. Fumigar era inútil ya que el calor la obligaba a abrir su puertas. La Madre aprendió a convivir con las criaturas . El marido le preguntó si tenía algún remedio para los bichos y la Madre le contestó “Sí, se llama ‘ invierno ‘ “.
La Madre intentó refugiarse en el aire climatizado de sus negocios favoritos, pero los encontraba cerrados, “De vacaciones”. Un día mientras que esperaba que un muro de polvo cruzara la calle anunció a lo Roberto Durán “¡No más!”
Este verano renunció su fidelidad a Chicureo , empacó sus maletas y se fue con otro…. la playa. La playa se encargó de cansar, digo, entretener a sus hijos. La playa la refrescaba con su agua fresca y brisa constante. El polvo y los bichos se quedaron atrás esperándola… hasta otoño.